
25 de junio de 2025 a las 02:55
Laisha vs TEPJF: ¿Justicia o Censura?
La controversia en torno a la libertad de expresión en redes sociales se ha intensificado tras el reciente caso de Laisha Wilkins, activista y comunicadora, quien enfrenta un requerimiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por una publicación en X (antes Twitter). El incidente, originado por un comentario irónico sobre un titular de noticias relacionado con la excandidata Dora Martínez Valero, ha desatado un debate sobre los límites de la sátira política y la posible instrumentalización de las instituciones para silenciar voces críticas.
Wilkins, en una entrevista radiofónica, defendió su derecho a la crítica, argumentando que su publicación no atacaba directamente a ninguna persona, sino que se limitaba a ironizar sobre el enunciado de la noticia. La comunicadora cuestionó la actuación del INE y del TEPJF, insistiendo en que estos organismos no deben interferir en el debate público ni en la libre expresión de opiniones ciudadanas. Además, resaltó la paradoja de que su comentario haya sido sancionado mientras que la demanda contra el medio que publicó la noticia original, así como otro comentario en la misma red social, fueron desestimadas por el mismo Tribunal. Esta aparente incongruencia, según Wilkins, revela "irregularidades constantes en el proceso" y plantea serias dudas sobre la imparcialidad de las instituciones.
Un elemento crucial en este caso es la alegación de violencia política en razón de género. Wilkins denuncia la creciente tendencia a utilizar este concepto para coartar la libertad de expresión y sancionar opiniones legítimas. Argumenta que su caso no es aislado y forma parte de una estrategia para silenciar a figuras públicas críticas. Esta preocupación se suma a la de otros comunicadores y activistas que han enfrentado situaciones similares en los últimos meses, generando un clima de incertidumbre y autocensura en el espacio digital.
La activista, quien se define como "pro México" y no afiliada a ningún partido político, insiste en su compromiso con la denuncia de irregularidades, independientemente de la filiación política de los involucrados. Su trayectoria, marcada por la crítica a diferentes gobiernos y partidos, refuerza su argumento de que no actúa por motivaciones partidistas, sino por un genuino interés en el bienestar del país. Esta postura la coloca en una posición vulnerable frente a las acusaciones de violencia política, ya que sus críticas, aunque dirigidas a acciones específicas, pueden ser interpretadas como ataques personales.
Para esclarecer la situación y defender su derecho a la libre expresión, Wilkins ha solicitado acceso completo al expediente del caso. Su objetivo es identificar las supuestas irregularidades y presentarlas ante la Sala Superior del TEPJF, buscando un criterio más justo y transparente para ciudadanos que, a diferencia de los políticos, no cuentan con los recursos para defenderse en este tipo de procesos. La comunicadora hace un llamado a la sociedad civil a mantenerse vigilante y a defender la libertad de expresión, un pilar fundamental de la democracia, advirtiendo sobre el peligro que representa el debilitamiento de las garantías constitucionales. La resolución de este caso sentará un precedente importante para el futuro del debate público en redes sociales y la protección de la libertad de expresión en México. El equilibrio entre la lucha contra la violencia política en razón de género y la garantía de la libre expresión se presenta como un desafío crucial para las instituciones mexicanas.
Fuente: El Heraldo de México