
24 de junio de 2025 a las 09:15
Economía agotada: ¿Cómo nos afecta?
La economía mexicana se encuentra en una encrucijada. Lejos del optimismo oficial que pregona un crecimiento sólido, los datos duros pintan un panorama mucho más complejo y preocupante. Diversos análisis independientes, tanto nacionales como internacionales, coinciden en un ajuste a la baja de las proyecciones de crecimiento del PIB, un síntoma claro de la fragilidad del sistema. No se trata simplemente de cifras frías, sino de la realidad que viven las familias mexicanas, las empresas y el sector productivo en su conjunto.
El IMEF, una voz autorizada en el análisis económico del país, ha alertado sobre el agotamiento de los motores que impulsaban el crecimiento. El consumo privado, pilar fundamental de la economía, muestra signos de debilitamiento con una contracción que no se veía desde 2021. Este dato, aunado a la caída en la adquisición de bienes importados, revela una preocupante disminución en la demanda interna. Si bien el gasto público ha mostrado un ligero incremento, este no es suficiente para compensar la caída en otros sectores clave.
La inversión, otro componente esencial para el desarrollo económico, también muestra un retroceso preocupante. Dos trimestres consecutivos de contracción en la inversión fija bruta son una señal de alarma que no podemos ignorar. Este panorama se agrava con la disminución en la creación de empleos y la contracción del crédito bancario, elementos que confirman la desaceleración económica y presagian un futuro incierto.
La incertidumbre se ve alimentada, además, por factores externos como las tensiones comerciales internacionales y las bravuconadas del presidente estadounidense Donald Trump. Estas amenazas, sumadas a las decisiones cuestionables en la gestión económica del gobierno actual, configuran un escenario de alto riesgo para el país.
Es crucial que las autoridades reconozcan la gravedad de la situación y tomen medidas urgentes para corregir el rumbo. La complacencia y el discurso triunfalista no son la respuesta a los problemas reales que aquejan a la economía mexicana. Se necesita un diálogo honesto y constructivo entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil para encontrar soluciones viables que permitan reactivar el crecimiento y garantizar el bienestar de todos los mexicanos.
Por otro lado, la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem) ha lanzado un llamado a la reflexión sobre el futuro de la democracia en México. Su preocupación por la posible deriva autoritaria del gobierno y la erosión de la división de poderes es una voz que debemos escuchar con atención. La defensa de las instituciones democráticas y el respeto al estado de derecho son pilares fundamentales para el desarrollo y la estabilidad del país. Es imperativo que la ciudadanía se mantenga vigilante y participe activamente en la construcción de un futuro democrático y próspero para México.
Fuente: El Heraldo de México