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24 de junio de 2025 a las 04:30

Cazademonios K-Pop: ¿Robo cultural?

El fenómeno global del K-Pop no deja de generar olas, y esta vez la controversia llega de la mano de "K-Pop Demon Hunters", la nueva apuesta de Netflix que ha incendiado las redes sociales, especialmente en China. Mientras que la película disfruta de un éxito arrollador en las listas de reproducción de Netflix a nivel mundial, un clamor de acusaciones de apropiación cultural por parte de usuarios chinos amenaza con eclipsar su triunfo. La polémica se centra en la supuesta inclusión de elementos culturales chinos en la estética de la película, desde la arquitectura de los palacios hasta los intrincados diseños de nudos y la vestimenta tradicional. Las imágenes, compartidas y diseccionadas con fervor en las redes sociales chinas, han desatado una oleada de indignación, con comentarios que van desde la incredulidad ("¿Ya ni siquiera intentan ocultarlo?") hasta la acusación directa ("Demasiados ladrones culturales").

La controversia adquiere un matiz aún más complejo si consideramos que Netflix no opera oficialmente en China. Esto implica que gran parte de las críticas provienen de usuarios que han accedido a la película a través de medios no autorizados, una ironía que no ha pasado desapercibida para la comunidad internacional. Muchos usuarios fuera de China han señalado la hipocresía de criticar un contenido al que se ha accedido de forma ilegal, abriendo un debate sobre la legitimidad de las quejas y la complejidad de la piratería en el consumo de contenido online. ¿Es válido criticar una obra a la que se ha accedido ilegalmente? ¿Deslegitima la piratería la crítica cultural? Estas son algunas de las preguntas que flotan en el aire, alimentando la discusión en foros y redes sociales.

Más allá de la controversia, "K-Pop Demon Hunters" se consolida como un fenómeno de masas. Con un índice de visualización que pulveriza a la competencia, la película se ha encaramado a lo más alto del ranking en 26 países, incluyendo potencias como Corea del Sur, Estados Unidos, Reino Unido, y Japón. Su presencia en el Top 10 de 93 países confirma su alcance global y su capacidad para conectar con audiencias de diferentes culturas, a pesar de las críticas. ¿Será este éxito suficiente para silenciar las voces disidentes? ¿Logrará Netflix navegar las turbulentas aguas de la controversia y mantener el impulso de su nueva joya de la corona?

El caso de "K-Pop Demon Hunters" nos invita a reflexionar sobre las complejas intersecciones entre cultura, entretenimiento y geopolítica en la era digital. La globalización del consumo cultural, la facilidad de acceso a la información y la viralización de las opiniones a través de las redes sociales crean un escenario propicio para la controversia, donde las líneas entre la apropiación cultural, la inspiración artística y la interpretación individual se difuminan. Mientras el debate continúa, una cosa es segura: "K-Pop Demon Hunters" ha llegado para quedarse, y su impacto en la conversación cultural transciende con creces el ámbito del entretenimiento. El tiempo dirá si la película logra superar la controversia y consolidarse como un clásico del género, o si, por el contrario, las acusaciones de apropiación cultural terminan por empañar su legado.

Fuente: El Heraldo de México