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25 de junio de 2025 a las 01:50

¡Alerta en Nayarit! Estafas laborales acechan.

La era digital nos ha conectado de maneras inimaginables, abriendo puertas a oportunidades laborales y sociales. Sin embargo, esta misma conectividad ha creado un nuevo campo de batalla para los delincuentes, quienes se aprovechan del anonimato y la velocidad de internet para tejer redes de engaño cada vez más sofisticadas. El reclutamiento fraudulento a través de redes sociales, como nos ha alertado el agente Ricardo Martínez de la Policía Estatal Cibernética, ya no se limita a simples estafas económicas, sino que ha evolucionado a una amenaza mucho más compleja y peligrosa, involucrando a personas inocentes en actividades ilícitas, incluso ligadas al crimen organizado.

Imaginen la angustia de un joven que busca su primer empleo y se topa con una atractiva oferta en línea. La promesa de altos ingresos por trabajos sencillos, desde la comodidad de su hogar, parece la solución a sus problemas. Sin embargo, tras la fachada de una empresa legítima, se esconde una trampa. La solicitud de un anticipo para “trámites administrativos” es la primera señal de alerta, una señal que muchos, cegados por la ilusión de un futuro mejor, ignoran. El resultado: una pérdida económica y una profunda desilusión. Pero esto es solo la punta del iceberg.

Existen modalidades aún más perversas, donde los estafadores construyen una falsa sensación de seguridad. Pagan pequeñas cantidades por tareas insignificantes, como dar “me gusta” en redes sociales, creando un vínculo de confianza con la víctima. Una vez ganada su credibilidad, llega el golpe final: la solicitud de una suma considerable para un supuesto “ascenso” dentro de la organización. El sueño de una vida mejor se transforma en una pesadilla de deudas y frustración.

Lo más alarmante, sin embargo, es la infiltración del crimen organizado en este escenario virtual. Organizaciones criminales, con una sofisticación que asusta, se camuflan tras identidades falsas, ofreciendo empleos con atractivas prestaciones, especialmente dirigidos a jóvenes en situación vulnerable. Utilizan las redes sociales y los videojuegos online como plataformas de reclutamiento, presentándose como empresas de seguridad privada o corporativos exitosos. Su objetivo no solo es el dinero, sino la captación de nuevos miembros para sus actividades ilícitas, exponiendo a jóvenes a situaciones de riesgo extremo, como la trata de personas, la desaparición forzada o la participación directa en actividades delictivas. El agente Martínez ha sido enfático al señalar que ya no solo buscan perfiles de bajos recursos, sino también universitarios con habilidades específicas. Operan con la frialdad y la precisión de un departamento de recursos humanos, analizando perfiles, detectando vulnerabilidades y tejiendo su red de engaño.

La información personal, ese tesoro digital que compartimos con tanta ligereza, se convierte en un arma en manos de estos delincuentes. Nombres, teléfonos, fotografías, incluso imágenes de documentos oficiales, son recopilados durante los primeros contactos. Si la víctima se resiste a cooperar, las amenazas y el acoso digital no tardan en aparecer, creando un clima de terror e intimidación.

Ante esta amenaza latente, la prevención y la concientización son nuestras mejores armas. Padres y madres de familia, es fundamental estar alerta. El monitoreo de la actividad online de nuestros hijos no es una invasión a su privacidad, es una medida de protección esencial. Hablar abiertamente sobre los riesgos de internet, educar en el uso responsable de las redes sociales y fomentar la comunicación familiar son pilares fundamentales para proteger a nuestros jóvenes de estas trampas virtuales.

La Policía Estatal Cibernética trabaja incansablemente en el combate a estos delitos, con monitoreo constante y colaboración a nivel nacional. Sin embargo, la denuncia temprana sigue siendo la herramienta más eficaz. No dudemos en reportar cualquier actividad sospechosa a las autoridades competentes. La seguridad en el ciberespacio es una responsabilidad compartida, un esfuerzo conjunto entre ciudadanos, autoridades y plataformas digitales. Informémonos, protejámonos y construyamos juntos un entorno digital más seguro para todos.

Fuente: El Heraldo de México