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24 de junio de 2025 a las 03:35

Acapulco se recupera: 100 toneladas de lirio menos

El incesante oleaje acarrea un manto verde, una alfombra inesperada y no deseada que cubre las doradas arenas de Acapulco. No se trata de una nueva atracción turística, sino de una consecuencia palpable de la furia de la naturaleza: toneladas de lirio acuático, ramas y troncos, arrastrados por las implacables lluvias del huracán Erick, asedian las playas del puerto, transformando el paisaje paradisíaco en un escenario de arduo trabajo y preocupación. Imaginen la escena: el sol, tímidamente, intenta asomarse entre las nubes, mientras un ejército de hombres y mujeres, armados con rastrillos, palas y carretillas, libran una batalla incansable contra esta plaga vegetal. No son soldados, sino los héroes anónimos que luchan por devolverle la belleza a su hogar, a su fuente de sustento: las playas de Acapulco.

Más de cien toneladas, una cifra que impresiona y que crece con cada ola que llega a la orilla. Desde Caleta hasta Icacos, un extenso tramo de costa se ve afectado por esta invasión verde. Alfredo Lacunza, titular de la Promotora de Playas, nos pinta un panorama de la magnitud del problema: 40 toneladas recolectadas entre sábado y domingo, 55 el lunes, y la cuenta sigue en aumento. Un esfuerzo titánico que involucra no solo a los trabajadores de la promotora, sino también a prestadores de servicios turísticos y personal de Fonatur. Todos unidos en un frente común, conscientes de la urgencia de la situación.

La apertura de la barra que separa las lagunas de Acapulco y Coyuca de Benítez, provocada por la fuerza descomunal del huracán, ha actuado como una puerta abierta para el lirio, que ahora se extiende como una mancha verde sobre las aguas cristalinas. "Se llenaron las lagunas, la de Coyuca de Benítez y la de Tres Palos, y se tuvo que abrir la barra," explica Lacunza, dejando en evidencia la compleja interacción entre los fenómenos naturales y sus consecuencias.

En la Zona Tradicional, el corazón turístico de Acapulco, la lucha es igualmente intensa. 25 toneladas de lirio retiradas, un trabajo que se realiza desde las primeras horas del día, con la participación de más de cien prestadores de servicios. En las playas de Tlacopanocha y Manzanillo, el sudor se mezcla con la arena y el agua, en una tarea que no admite descanso. "Si no lo quitamos la gente no llega y nosotros de ahí vivimos, del turismo," confiesa Samuel, un prestador de servicios de playa Tlacopanocha, resumiendo la angustia de quienes dependen del turismo para su supervivencia.

La imagen de las islas de lirio flotando en los balnearios, un espectáculo inusual y preocupante, nos recuerda la fragilidad del ecosistema y la importancia de la colaboración para preservar la belleza natural de Acapulco. La limpieza continúa, la esperanza persiste, y la determinación de los acapulqueños brilla con la misma intensidad que el sol que, poco a poco, recupera su protagonismo en el cielo. Mientras tanto, la batalla contra el lirio, una lucha contra el tiempo y contra las fuerzas de la naturaleza, sigue su curso en las playas de este icónico puerto mexicano.

Fuente: El Heraldo de México