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23 de junio de 2025 a las 19:30
Ormuz: ¿Conexión inesperada con México?
La tensión en el Golfo Pérsico se palpa en el aire. El espectro del cierre del Estrecho de Ormuz, una arteria vital para el flujo del petróleo mundial, planea como una espada de Damocles sobre la economía global. Imaginen un mundo donde el 20% del suministro de petróleo desaparece de la noche a la mañana. Los precios se dispararían, las industrias se paralizarían y la vida cotidiana, tal como la conocemos, se vería irremediablemente alterada. Este escenario, que parecía sacado de una película de catástrofes, se vuelve cada vez más plausible a medida que la escalada de tensiones entre Irán, Estados Unidos e Israel continúa.
El Estrecho de Ormuz, un angosto paso marítimo entre Irán y Omán, es la puerta de entrada al Golfo Pérsico, una región que concentra la mayor parte de las reservas de petróleo del mundo. Miles de barcos petroleros, cargados con el "oro negro" que alimenta la maquinaria global, transitan diariamente por estas aguas. Su cierre, aunque temporal, tendría un impacto devastador en la economía mundial.
Las recientes declaraciones de Irán, amenazando con cerrar el estrecho en respuesta a los ataques estadounidenses, han encendido las alarmas a nivel internacional. La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha calificado la situación de "extremadamente peligrosa", y no es para menos. La dependencia global del petróleo del Golfo Pérsico hace que cualquier interrupción en su suministro sea una amenaza real para la estabilidad económica mundial.
Mientras el mundo observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos en el Golfo Pérsico, México se presenta como un caso particular. La presidenta Claudia Sheinbaum ha destacado la creciente soberanía energética del país, gracias a la inversión en refinerías y la disminución de la importación de combustibles. Esta estrategia, que busca blindar a México de las fluctuaciones del mercado internacional, cobra especial relevancia en un contexto de incertidumbre como el actual.
Sin embargo, la interconexión de la economía global hace que ningún país sea completamente inmune a las crisis internacionales. Aunque México haya fortalecido su capacidad de refinación, la subida de los precios del petróleo a nivel mundial inevitablemente tendría repercusiones en la economía nacional.
La comunidad internacional, con China a la cabeza por su alta dependencia del petróleo que transita por Ormuz, debe redoblar esfuerzos para encontrar una solución diplomática a la crisis. El futuro de la economía global, y la estabilidad del orden internacional, dependen de ello. El fantasma del cierre del Estrecho de Ormuz no debe convertirse en una realidad.
La situación es compleja y volátil. Las próximas horas y días serán cruciales para determinar el curso de los acontecimientos. Mantendremos la mirada fija en el Golfo Pérsico, informando sobre los últimos desarrollos de esta crisis que amenaza con cambiar el mundo tal como lo conocemos. La incertidumbre es palpable, pero la esperanza de una solución pacífica aún persiste.
Fuente: El Heraldo de México