Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Transporte

23 de junio de 2025 a las 18:30

¡Lluvia paraliza el Metro!

La lluvia, inclemente desde la madrugada, ha vuelto a poner a prueba la capacidad del Metro de la Ciudad de México. Un manto de nubes grises se extendió sobre la capital, anunciando la llegada de las precipitaciones que, como un reloj, desencadenaron la habitual cascada de retrasos y aglomeraciones en el corazón del transporte público. Las redes sociales, convertidas en un hervidero de quejas y reportes ciudadanos, se inundaron de imágenes de andenes abarrotados, rostros de resignación y la palpable frustración de miles de usuarios atrapados en la telaraña subterránea.

El Sistema de Transporte Colectivo, a través de su cuenta oficial, confirmó la implementación de la “marcha de seguridad” en las Líneas 2, 3, 4, 5, 7, 8, 12 y B. Un eufemismo que, para los capitalinos, se traduce en largos minutos de espera, trenes a paso de tortuga y la incertidumbre de llegar a tiempo a sus destinos. La justificación, como siempre, la seguridad. Una seguridad que, paradójicamente, se ve comprometida por la masificación de pasajeros en andenes y vagones, producto de la lentitud del servicio.

Más allá del comunicado oficial, la realidad en las estaciones se pinta de otro color. Usuarios reportan esperas de hasta 20 minutos, trenes que parecen no avanzar y la angustiante sensación de estar inmovilizado en las entrañas de la ciudad. La Línea B, la 2, la 8 y la 9 se llevan la palma en cuanto a retrasos, con escenas que se repiten cada vez que la lluvia decide visitar la capital. Filas que serpentean fuera de las estaciones, el goteo constante del agua filtrándose por los techos y la impaciencia colectiva que se respira en el ambiente.

El pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional no ofrece un panorama alentador: lluvias persistentes a lo largo del día, con posibilidad de chubascos fuertes. Una noticia que, para los usuarios del Metro, se traduce en un nuevo desafío a la paciencia y la resignación. La recomendación oficial es tomar precauciones, planificar el viaje y mantenerse informado. Consejos que, si bien útiles, no logran apaciguar la frustración de quienes dependen del Metro para su movilidad diaria.

Mientras tanto, el Metro continúa operando, a su ritmo, bajo la amenaza constante de la lluvia. Una lucha desigual entre la infraestructura, la naturaleza y la inmensa marea humana que se mueve a diario en el subterráneo. Una historia que se repite con cada aguacero, un recordatorio de la fragilidad del sistema y la necesidad de soluciones a largo plazo que vayan más allá de la “marcha de seguridad” y las recomendaciones de siempre. ¿Hasta cuándo seguirá siendo la lluvia la protagonista de esta historia? ¿Cuándo dejará de ser una excusa para la ineficiencia y se convertirá en un reto superado por un sistema de transporte digno de una gran ciudad? Las preguntas, como las gotas de lluvia, siguen cayendo.

Fuente: El Heraldo de México