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23 de junio de 2025 a las 20:15

Confesión macabra: La verdad sobre el niño y Miguel Uribe

La sombra del sicariato se cierne sobre la política colombiana, revelando una trama escalofriante que pretendía silenciar la voz del candidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El velo de misterio que envolvía el intento de magnicidio se descorre, dejando al descubierto una red de conspiración y manipulación que ha conmocionado al país. La confesión de Katerine Andrea Martínez Martínez, alias "Gabriela", ha abierto una caja de Pandora, exponiendo la frialdad y la perversidad de los autores intelectuales del plan.

La joven de 19 años, detenida por entregar el arma homicida, ha desvelado un macabro detalle: la intención de "desaparecer" al joven sicario de tan solo 14 años, Juan Sebastián Rodríguez Casallas, una vez consumado el atentado. Un escalofriante testimonio que retrata la deshumanización de los criminales, quienes veían al menor como una simple herramienta desechable en su juego de poder.

Martínez Martínez, quien se desenvolvía como modelo de contenido para adultos en internet, relató cómo fue contactada por "El Costeño", Élder José Arteaga Hernández, en un bar del centro de Bogotá. La promesa de una jugosa suma de 700 millones de pesos colombianos la sedujo, llevándola a aceptar el encargo a pesar del riesgo.

La búsqueda del gatillero ideal se convirtió en una cacería macabra. "El Costeño" le dio instrucciones precisas: un joven entre 14 y 16 años, preferiblemente sin familia o con antecedentes, alguien que fuera fácilmente manipulable y cuyo futuro no importara. Una víctima perfecta para un plan despiadado.

La confesión de Martínez Martínez no solo implica a "El Costeño", sino que también apunta a un personaje aún más siniestro: "El Castaño", presunto jefe de sicarios, quien orquestó la operación desde las sombras. La magnitud de la conspiración y la frialdad con la que se planeó el asesinato han generado indignación y repudio en la sociedad colombiana.

Las autoridades continúan investigando para desentrañar todos los detalles de esta trama macabra. La confesión de "Gabriela" ha sido un paso crucial para esclarecer los hechos, pero aún quedan muchas preguntas sin respuesta. ¿Quiénes son los verdaderos autores intelectuales? ¿Qué motivaciones se esconden detrás del intento de magnicidio? El país entero espera con ansias las respuestas, mientras la justicia busca a los responsables de este acto que ha puesto en jaque la democracia colombiana.

El futuro de Juan Sebastián Rodríguez Casallas, el joven utilizado como instrumento de muerte, es incierto. Más allá de su participación en el crimen, es una víctima de la manipulación y la violencia que azotan al país. Su historia es un reflejo de la vulnerabilidad de muchos jóvenes que, ante la falta de oportunidades y la influencia del crimen organizado, se ven arrastrados a un mundo de violencia y desesperanza.

Este caso ha reabierto el debate sobre la seguridad en Colombia y la necesidad de fortalecer las estrategias para combatir el sicariato y la delincuencia organizada. La sociedad exige justicia y respuestas contundentes por parte de las autoridades. La sombra del sicariato no puede seguir oscureciendo el futuro del país.

Fuente: El Heraldo de México